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18 abril, 2012

El dogmatismo académico

A toda la comunidad científica se les han crispado los nervios al ver cómo primero un señor logró predecir un temblor en marzo y luego un grupo de brasileños (en abril). Al primero lo desestimaron por ser solamente un hombre común. Yo no sé si se pueden predecir los temblores, pero al menos creo que debiéramos otorgarles el beneficio de la duda.

La Universidad de Chile, en vez de investigar cuáles eran las fuentes de Pedro Gaete, cuáles eran sus métodos, sus experimentos, sus estudios personales, etc. investigó si era realmente ingeniero. ¿Alguien me puede decir por qué esa fue la prioridad? Luego de investigar profundamente al sujeto se dio el veredicto: Pedro Gaete no era ingeniero. ¿Acaso una universidad determina si eres ingeniero o no? ¿Qué pasa con Bill Gates o Steve Jobs que nunca terminaron la universidad? ¿Ellos no son ingenieros? ¿Sus trabajos no son válidos?

Bueno, sigamos. Al percatarse que el caballero no era ingeniero se dio alerta roja (red alert) y la sociedad lo desestimó completamente. Fue como si lo único que les importara era si tenía o no tenía el famoso cartoncito. Al grupo de brasileños de Quake Red Alert tampoco los han tomado en cuenta porque no son parte de Harvard, Stanford o Yale. 

Da la impresión de que a la mayoría de los científicos de hoy les importa más el status que la investigación seria y sincera. De hecho, todo el tema de la investigación se ha vuelto demasiado serio. ¿Dónde quedó la diversión por descubrir cosas? ¿Dónde quedó la emoción? ¿Dónde quedó el entusiasmo? Ahora todos andan de etiqueta y formales ostentando sus cartones. 

Actualmente las universidades tienen el monopolio de la verdad.  Ellas dictan qué es lo verdadero y qué es lo falso. Me atrevería a decir que el 100% de los papers proviene de académicos universitarios, así también los fondos del gobierno para investigar se van todos a universidades. ¿Qué pasa si Juanito sin títulos tiene una gran idea y quiere investigar? ¿Le darán a él los recursos o lo discriminarán por no ser universitario?

Recuerdo una charla TED en que un africano logró construir molinos de viento solo yendo a una biblioteca (vean el vídeo, dura 4 minutos). A los 14 años tuvo la genial idea de fabricar un molino de viento para generar electricidad. Lo curioso es que fue después de abandonar la escuela. Para muchos abandonar la escuela a los 14 años significa drogadicción, SIDA, sexo, fiestas, desenfreno, pereza, tormentos y libertinaje. Sin embargo, para William Kamkwamba significó tener más tiempo para leer un libro llamado "Uso de la energía". Se autoeducó y logró hacer mucho más que mucha gente que conozco que estudia alrededor de 17 años en instituciones de enseñanza. Me pregunto si muchos de los que tienen enseñanza media completa sabrían definir qué es "energía" o "molino". Pues, William Kamkwamba lo sabe definir y también construir.

Les planteo una hipótesis: ¿qué hubiera pasado si William hubiera recurrido a fondos de alguna universidad en Chile o en el mundo? ¿Lo hubieran apoyado en su proyecto del molino de viento o le hubieran dicho que era un niño aún y que retomara la escuela? Seguramente, los profesores de su colegio lo guiarían a un mejor destino. Porque a veces se tiende a ver a los profesores como gurúes, en vez de verlos como lo que realmente son: guías. 

En fin, parece que hemos entrado a una era de dogmatismo académico. Muchos científicos parecen verdaderos fanáticos religiosos defendiendo sus teorías. Algunos han reemplazado a Dios por estas teorías; y la ciencia, para ellos, se ha transformado en una religión en la cual todo lo que digan en contra de esta debe ser atacado, desestimado porque debilitaría las bases de su mundo. A su vez, las universidades se han transformado en templos sagrados por donde transitan los ungidos, los iluminados por el conocimiento. 

Los invito a tener una mente más abierta para que casos como el de William Kamkwamba puedan existir no solo en África, sino también aquí. Que se entienda que la escuela es una opción y no una obligación. Hay personas que les acomoda la escuela y la enseñanza formal. Otras personas se mueven con mucha más destreza sin ella y pueden llegar a realizar grandes inventos. 

2 comentarios:

  1. Todos los ejemplos que das atacan a la burocracia, no a la ciencia. Déjame decirte que confundir las 2 cosas, a pesar de que hoy puedan estar relacionadas es caer en un cazabobos. La burocracia perfectamente la puedes ver en la religión, con los católicos o bien con los anglicanos. El punto es otro, Gaete se promocionaba como un profesional de élite (por ser egresado de la Universidad de Chile, se quiera asumir o no esa idea) pero pronto mi universidad desmintió toda esa supuesta conexión. ¿no te parece poco honesto de alguien decir que estuvo dentro de una universidad cuando en realidad estaba en otra o derechamente ninguna?. Esa publicidad uno la debe asumir y si no es fidedigna, quieras o no habrán desconfianzas.

    El beneficio de la duda no es privilegio de la gente disidente de la ciencia o de los que se dicen alternativos o abiertos de mente, la trascendencia del saber no implica poner las cosas en pedestales esperando que un polo ataque al otro para demostrar que también tienen la razón, decir que se está en el centro tampoco ayuda o decir que no existen estos es igual de disparatoso.

    La importancia del estatus existe en todas las organizaciones sociales, incluyendo a los científicos. Es algo de los seres humanos y en general la envidia y el recelo por las ideas nuevas son un trecho que hay que saltar. Son los baches de la vida, caer en dicotomías como decir que los científicos son faltos de creatividad por su método sin hacer incapie en el resto de las representaciones de la sociedad es muy injusto de tu parte.

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  2. Jorge, gracias por tu aporte.

    En realidad, también veo ese problema en gran parte de la sociedad. Es solo que en este post quise enfocarme en el problema educativo y en el de la ciencia.

    Saludos.

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