Hay una extraña conducta en algunas
mujeres —me atrevería a decir que la mayoría de ellas— que es el preferir estar
con hombres que las tratan mal. Si deben escoger entre estar con un hombre que
sea trabajador/estudioso, casero, fiel, tranquilo y caballero; prefieren al infiel,
mujeriego, carretero y machista. Entendería esta decisión si los primeros
fueran más feos o si tuvieran un peor status que los segundos, pero la mayoría
de las veces es todo lo contrario: los primeros tienen mejor aspecto físico y
mejor trabajo, mientras los segundos tienen feos rostros, tienden al
alcoholismo y/o tabaquismo y poseen, para colmo, peor status socioeconómico.
Los “tranquilos” quedan
descalificados de inmediato por nerds o sensibles, sin embargo, de esta forma,
ellas desperdician los principales pilares que ellas buscan en una relación: la
estabilidad económica que se traduce en bienestar y la estabilidad emocional. Esta
última característica se traduce finalmente en fidelidad, empatía, capacidad
para escuchar. Podríamos decir que el famoso “príncipe azul” existe, pero las
mujeres no lo han encontrado debido a que no es codiciado por otras, no está
dando tocatas en conciertos de rock and
roll ni agarrándose a puñetes en pubs. Tal vez por eso nunca lo han
hallado. El príncipe azul existe pero está en su casa un sábado por la noche y
los domingos no amanece con resaca por lo que puede estar con su grupo de
amigos, puede estar en una librería o en una iglesia.
Ejemplos de esto en la vida real
hay millones, pero considero que es mejor usar la ficción. El mejor ejemplo es
el de Penny con Leonard en la serie de TV
‘The Big Bang Theory’ (si no ha visto la serie, véala). Pese a que Penny
tiene a su “príncipe” al frente (literalmente, ya que viven en departamentos
cercanos), con el cual ella podría ser feliz, prefiere siempre a hombres
musculosos, infieles, incultos y con malos hábitos que terminan provocándole
más sufrimiento que alegrías. Penny rechaza a Leonard solo por ser nerd, sin
pensar que eso es más bien un prejuicio impuesto por la sociedad machista antigua
(en la cual, el que pegaba más combos se transformaba en el líder de la tribu),
perdiéndose a un hombre con el cual ella sería realmente plena, puesto que él
le ofrece compromiso y las otras características ya mencionadas, además de
ofrecerle su corazón, algo que —siendo príncipe o no— es lo más importante que
en una relación se puede dar.
Para concluir le quiero dar el
siguiente mensaje a las mujeres. Si quieren ser amadas, respetadas y escuchadas
no busquen a su príncipe en fiestas, carretes o gimnasios, sino en lugares
cálidos, amenos y agradables. El príncipe azul no habita en lugares con mucho
ruido, humo y luces de colores, sino en lugares quietos y apacibles como un
parque, una biblioteca y una casa de campo.
Creo que te equivocas, mi ex, era todo lo que tu describes como seria un principe azul, el no iba a fiestas preferia quedarse en casa, era un nerd, y finalmente termino siendo una caja de sorpresas, pero no buenas... quizas un hombre que carretea o es abierto y no timido no oculte tanto, y puede que no te decepcione, por que finalmente sabes como es, conoces su forma de actuar y como es en su estado "natural"
ResponderEliminar