Hace un par de días, Sebastián Ignacio Álvarez Bernales, fue golpeado nuevamente. Esta vez fue de día, mientras compraba en el supermercado, y terminó en ambulancia, según lo que detalló él en su cuenta de Twitter.
Ya he hablado sobre sus polémicos dichos sobre gordas en "Mujeres gordas y hombres esqueléticos" y sobre la solución al problema: que todos nos volvamos más sensibles ("Necesitamos un país más sensible") por más cursi que llegue a sonar.
Esta vez hablaré sobre el precio de ser auténtico. Hablaré del castigo que coloca la sociedad sobre esta valiosa cualidad que es la autenticidad. (Si desean saber qué es lo que opino acerca de los dichos en sí de Sebastián Álvarez, visiten los links previos).
Para empezar, Ignacio Bernales o Sebastián Álvarez o 'Mente Enferma' o Sebastián Ignazio o @ssiiaabb (no sé cómo llamarlo) no es el único que ha sido auténtico y lo han intentado destruir de manera virtual (en su caso también ha sido algo físico). Recuerden a una niña llamada Boxxy, que se conoció en internet en 2009 por los vídeos que subía a sitios de internet. ¿El precio? La transformaron en un meme (un meme es un un dibujo conceptual que se viraliza en las redes) y terminaron molestándola muchísimo. En el popular sitio de internet 4chan.org colocan imágenes y dicen cosas de ella con una connotación sexual. Todo de forma muy ofensiva, y de forma muy anónima ("la nueva forma de hacer internet").
Ahora, si nos vamos a un caso más criollo, podemos recordar el vídeo "Wena Naty". No sé si esto califica como auténtico o no (no estoy seguro de la intención de la niña), pero sí califica como vídeo de una persona a la cual intentaron destruir. Ustedes saben cómo la sociedad castigó a esta niña, se le trató con los peores epítetos. Pese a que muchas niñas de su edad (o con un poco más de años) hacen lo mismo, se convirtió en una especie de chivo expiatorio para todos los padres mojigatos y mojigatas del país; y para todos los de su edad se transformó en objeto de bullying. Se hacían bromas, chistes, dibujos, imágenes y vídeos haciendo referencia a este desafortunado vídeo y a esta niña.
Vivimos en una sociedad llena frustración y amargura, debido a que no somos auténticos perdimos nuestra frescura, es "pesado" vivir en esta sociedad, hay mucho fingimiento, simulación y engaño. Todos vivimos con caretas, vivimos de la apariencia. Esto nos protege de los dardos del odio de la sociedad porque, de este modo, si recibimos algún ataque, no nos llega a nosotros, sino que a nuestro personaje. La sociedad ha olvidado una importante cualidad que es la autenticidad. El expresarse tal como uno es, vestirse tal como uno es, decir lo que uno piensa sin pensar en las consecuencias, porque después de todo, es solo una opinión, no es un insulto.
El caso de Ignacio Bernales ejemplifica, de algún modo, todo esto. En su cuenta de Twitter y en sus vídeos de YouTube habló en contra de mujeres gordas y el 90% de Chile lo atacó en forma de ofensas y golpes. Lo han querido crucificar, pero olvidan la libertad de expresión. La libertad de pensamiento también la han olvidado. ¿Acaso sería mejor que la gente solo pensara lo que tiene que decir y no lo publicara? ¿Pero eso no sería, acaso, hipocresía? ¿Preferimos vivir en una sociedad hipócrita en la cual todos digamos lo que es políticamente correcto y nos guardemos nuestros verdaderos pensamientos para la intimidad? Estamos creando una sociedad de mentira, una sociedad de cartulina, una sociedad en la cual ser auténtico es lo menos valorado y en la cual el compartir nuestros pensamientos se restringe a un selecto grupo de personas de confianza. Se prefiere más a la voz anónima que molesta, que ofende (o trollea) a quien sí se atrevió a ser él mismo. Se prefiere más al supuesto justiciero que golpea a la persona que se muestra tal como es.
Esto lo escribo para que lo piensen, para que mediten en qué tipo de sociedad queremos: una sociedad sintética, plástica, mojigata o una sociedad real con opiniones diversas, libre, abierta y pluralista.
Esto lo escribo para que lo piensen, para que mediten en qué tipo de sociedad queremos: una sociedad sintética, plástica, mojigata o una sociedad real con opiniones diversas, libre, abierta y pluralista.
uff, la autenticidad es una caracteristica para la cual las personas del entorno no están preparadas... He recibido muchos consejos de decir y hacer lo q es políticamente correcto. Aunque yo vea q laboralmente sea más conveniente ser política, no va con mi caracter ni mi personalidad.
ResponderEliminarSaludos
María José :)
!Muy original tu comentario! ¡Me gustó!
EliminarTan equivocado !!!
ResponderEliminarEste caso no representa una eleccion entre la sociedad sintetica, plastica y la sociedad abierta. Es una eleccion entre una sociedad respetuosa de los derechos de otros y una sociedad personalista, en el que el yo es todo y el resto no importa.
Por suerte, a pesar de resabios como el de este tarado, y sus defensores, nos acercamos a la sociedad respetuosa. El caso del bullying, comunmente aceptado antes ya deja de ser tanto.
En cuanto a los derechos, siempre se ha aceptado que los derechos individuales, tiene el limite natural de los derechos de todos. Tratamos de hacer la nuestra, una sociedad civilizada, basada en el respeto mutuo y no en la agresion de unos pocos.
El punto es que cada vez que en nuestra sociedad alguien hace algo que se sale del statu quo lo reprimimos.
EliminarLa sociedad chilena siempre se ha caracterizado por ser una sociedad que busca descargarse ante todo lo que sea diferente. Quizás es por miedo, por "quedar bien con todos" o qué sé yo. Lamentablemente, siempre va a haber individuos que opinarán distinto al común de la gente y se le hará un bullying o un trolling. Me pregunto, ¿cuán distinto es Sebastián (el "auténtico" de turno) a nosotros? Lo puse en una columna anterior en mi blog. El hecho de que alguien sea diferente, coma diferente, duerma diferente, opine diferente, siempre es mal visto y repudiado. Y eso es lo malo de esta sociedad, que siempre ve como una amenaza lo diferente o, en tus mismas palabras, lo auténtico.
ResponderEliminarMe voy