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27 diciembre, 2011

Mujeres gordas y hombres esqueléticos


Los dichos del bloguero Ignacio Bernales, también conocido como “Mente enferma”, sobre las mujeres gordas me motivaron a escribir esta columna.
            Me gustaría aclarar lo realmente enfermo en esta sociedad. Para empezar, no es el sobrepeso ni lo enjuto de carnes de algunas personas, sino el tratar de complacer a la sociedad con tu físico. Ya no basta con que tengamos una mente similar, sino que además piden que nuestro cuerpo se adapte al de los demás. Esto es sumamente nocivo para alcanzar la felicidad.

            Es cierto que el sobrepeso y obesidad son perjudiciales para la salud, tan perjudicial como tener un IMC bajo lo normal, pero creo que lo más grave en esto no es el tema sanitario, sino la preocupación en exceso de lo que cree o aprecia el mundo sobre tu cuerpo. Si una persona es gorda, y se siente bien así, creo que está en su derecho de ser gorda, así también, alguien flaco. No podemos permitir que un sistema moldee nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestra vestimenta y nuestras costumbres. Son nuestras mentes y nuestros cuerpos, no las de otro.
            El ideal de belleza de nuestra sociedad es un hombre tonificado, musculoso, alto, bronceado; por otro lado (o género), es una mujer delgada, curvilínea, relativamente alta y cabello claro. Esto ha llevado a que personas traten artificialmente de llegar a ello. Existen etnias (no “razas”, como dicen algunos) que naturalmente se acercan a este modelo de belleza y otras que se alejan, sin embargo, no por ello son menos bellas. El problema es que hemos perdido la capacidad de aceptar la diversidad —¿alguna vez en nuestra historia la habremos alcanzado?—.
            Al ver ‘Mike and Molly’, una sitcom (serie cómica de TV) que trata sobre dos protagonistas que son obesos, pienso qué les habrán dicho a los actores protagónicos antes de obtener el papel. Imagino algún “amigo” que les habrá aconsejado que para tener éxito en el mundo de la televisión debían ser delgados y cuidar sus cuerpos. El hecho es que si se hubieran dejado llevar por la corriente nunca hubieran llegado a tener el éxito que obtuvieron. De hecho, Melissa McCarthy (Molly) ganó su primer Emmy este año como “mejor actriz protagónica en una sitcom”.
            Yo creo que casi todos en algún momento hemos dicho algo hiriente a otra persona solo porque no cumplía nuestra expectativa impuesta por el sistema, pero me gustaría corregir esto y dar otro mensaje. Este es que no crean en el mito que para llegar al éxito deben amoldarse al sistema. El verdadero secreto del éxito es mantenerse fiel a uno mismo, aceptarse y ser auténtico.
Me gustaría animar e invitar a todos los diferentes y raros a que sigamos siéndolo con orgullo, no escondidos. Esta columna va dedicada a gordos, esqueléticos, nerds, feos, tímidos y rabiosos. Como dice una canción de Silvio Rodríguez: “Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor, /tullidos, enanos, vampiros y días sin sol”.
Cuando te aprendes a amar los demás terminan amándote también (no les queda otra opción). 

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