El día de ayer, la PDI detuvo al administrador chileno de Cuevana: un sitio para ver películas, documentales y series online. Este hecho se suma a lo que han sufrido los creadores de sitios como ‘The Pirate Bay’ y ‘Megaupload’ quienes han sido demandados por infracciones al derecho de propiedad intelectual.
Los demandados y
demandantes tienen varias características en común. Los demandados se
caracterizan por ser jóvenes, idealistas y nativos
de la web (es decir, tuvieron internet a su alcance desde niños). Los
demandantes se caracterizan por ser mayores de 40, extranjeros de la web
(muchos no alcanzan a entender bien cómo funcionan estos sitios) y tienden a aplicar severas restricciones a
este tipo de sitios guiándose por los principios de las grandes discográficas o
de las grandes empresas que lucran con la creatividad de los artistas.
A mediados de
febrero de 2012, se cerró un popular sitio conocido mundialmente como
‘Gigapedia’, cuya dirección era library.nu. Este sitio albergaba alrededor de 1
millón de libros digitales de todos los tipos. Desde best-sellers hasta textos universitarios. ¿Qué tipo de daño es el
que producen sitios como estos? ¿Desde
cuándo el difundir conocimiento se transformó en un delito? ¿Cuánto ayudan
a países emergentes como Chile en que la mayoría de su población no tiene el
poder adquisitivo como para gastar $20.000 por un libro en librerías
tradicionales? ¿Cuánto han ayudado sitios como ‘The Pirate Bay’ a movimientos
como la “primavera árabe”, a países donde existe gran desigualdad e incluso
regímenes totalitarios como Corea del norte en donde no hubiesen tenido acceso
a lo mismo que tenemos nosotros de no haber sido por este tipo de sitios?
Me parece que
estamos viviendo una situación similar a la que vaticinó Ray Bradbury en su
novela distópica Fahrenheit 451, en donde los bomberos, en vez de apagar
incendios, se dedicaban a prender fuego a los libros. Pienso que en vez de
detener a este tipo de personas, deberíamos estar deteniendo a asesinos en
serie, abusadores sexuales, ladrones “de traje”, narcotraficantes, etc. Creo que la sociedad comete el grave error
de estar más pendientes de la letra de la ley que de su espíritu.
Recuerdo una vez una conversación que tuve con mi papá. Me dijo "Si quieres terminar presa, tócale los bolsillos, evade impuesto por ejemplo" apropósito de Al Capone, que fue tomado preso por eso.
ResponderEliminarY es triste darse que cuenta que la justicia busca proteger los intereses de los poderosos más que la integridad de sus ciudadanos. Hay algo muy mal allí y creo que es parte por el materialismo imperante en la sociedad. Falta humanidad, los derechos de autor no son más importantes que los derechos de las personas comunes de sentirse seguras.
Saludos!