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20 diciembre, 2011

Navidad, indigna Navidad

Estamos cerca de Navidad. Las empresas del retail nos empiezan a bombardear con publicidad para que entremos en un consumo frenético y desesperado, pero ¿qué es necesario para poder comprar ese regalo a tu hijo(a), sobrino(a), primo(a)? Acá doy los pasos necesarios a seguir, lo que se debe hacer para poder comprar ese regalo.

1. Se debe invertir tiempo

Debes ir a un mall o supermercado que generalmente están insoportablemente llenos de gente (mientras los parques están vacíos). Con promociones, ofertas, combos, etc. te empiezan a bombardear. Se termina invirtiendo horas y horas algo que debería tardar minutos.

2. Se debe soportar un tedioso sistema de transporte

El otro punto a considerar son los viajes. Debemos viajar más que estar. Generalmente es una hora para llegar a nuestros lugares de trabajo, luego una hora en volver. Generalmente se escucha la frase de que entre las personas no hay respeto, que no ceden el asiento, etc.; pero yo miro más allá. Lo que veo yo es un Estado que no nos respeta. Si nos diera buses o un Metro de calidad, con un número considerable de buses y trenes podríamos ir todos sentados, sin tanto estrés y llegaríamos pronto a nuestro lugar de trabajo. No obstante, nos hacen viajar tiempos realmente extensos en condiciones miserables. Se debe ir apretado, ni siquiera se tiene el espacio para leer un libro de pie —ni pensar en ir sentado— porque a un centímetro de ti ya hay otra persona. A eso se suman las famosas congestiones vehiculares, las imprudencias de otros conductores (en caso de que manejes) porque se debe vivir siempre apurado, especialmente en estas fechas, o se agotará el stock de cierto juguete.

3. Se debe trabajar para sobrevivir

En Chile casi todos trabajan, pero a casi nadie le gusta su trabajo. No vemos rostros felices en la población. Están casi todos amargados. En el gobierno se preocupan de la cesantía, pero no se preocupan de la calidad de los trabajos, al parecer lo único que importa es la generación de estos: no importa cómo sean. No importa si el sueldo es misérrimo ni si tu empleador te hace trabajar en exceso, te grita, te maltrata. Debes agradecer el hecho de tener un trabajo porque no todos tienen. Y los cesantes lo están porque no buscan bien o porque están aspirando muy alto. El cesante se debe conformar con el primer trabajo que aparezca, porque no tiene derecho a aspirar a más, porque no es de la élite.

Rara vez tenemos tiempo para compartir con nuestras familias porque las empresas hacen trabajar incluso en días festivos. Y no tendría nada en contra de que se trabajara en los festivos si es que se contratara más personal, gente que de verdad quiere trabajar ese día. La realidad es otra: los que trabajan en esos días son los mismos que están extenuados por sus extensas jornadas laborales. Uno supuestamente tiene el derecho de rehusarse a trabajar ese día, pero existe el riesgo que te echen y por ese miedo, la gente se mantiene allí. En esa empresa —una pequeña dictadura— solo tiene voz el gerente general o el presidente del directorio, pero no el simple empleado. Él solo debe acatar y agradecer.

Las empresas “generosas” deciden por estos días obsequiar cajas navideñas (a veces diferenciadas entre ejecutivos y operarios), en vez de aumentar el salario, prefieren hacer estos regalos. Les sale más barato, les es más cómodo hacer una limosna que dar una ayuda de verdad.

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