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09 mayo, 2012

Quién manda a quién


En Chile, cuando estamos en relación, surge la cuestión de quién manda a quién. Para este tema existen frases huasas y cotidianas como: “ponerse los pantalones”, “no seai macabeo [1]”, “te tienen cortito”, etc., pero, lamentablemente, no existen frases coloquiales para aprender a escucharse, comunicarse, negociar y saber cuáles son los puntos que uno no está dispuesto a negociar.

Algunas mujeres suelen contarse sus éxitos de cómo logran dominar a sus maridos, novios, etc., pero a su vez, se quejan de cómo deben tomar más responsabilidad y que deben ser las mamás de ellos. Extrañan el sentirse compañeras. Entre hombres, suelen contar cómo ellos sí llevan las riendas del hogar, pero casi siempre es mentira.

La escena típica es una pareja que llega un fin de semana donde sus amigos —que generalmente tienen cero psicología— y les dicen: “¿Quién manda en la casa? Y yo me pregunto... ¿A quién le importa quién manda? ¿Cuál es la importancia de ello?

Pienso que antes de esa pregunta hay otras más importantes como si la comunicación es buena o mala. ¿Qué significa tener buena comunicación? El contarnos lo que pensamos, lo que sentimos. Cuáles son nuestras prioridades en la vida, cómo nos proyectamos. ¿Nos proyectamos fuera de Chile, dentro del país? Esas son las preguntas correctas si deseamos vivir en pareja, ya que, si no conocemos las respuestas a estas preguntas, estamos condenados al fracaso porque llegará un día en que no habrá tiempo para preguntar, pero ya estará todo construido.

Lo otro importante es negociar. En algún momento tendremos que ceder, pero debemos tener claro qué es lo que estamos dispuestos a ceder y qué no. Para esto es necesario conocerse a sí mismo y para conocerse a sí mismo es necesario meditar y reflexionar. Si no lo tenemos claro, en algún punto estaremos viviendo una crisis, pero no de pareja, sino existencial, en la cual nos daremos cuenta (más pronto que tarde) que no hemos cumplido nuestros sueños.

Escucharse es otro tema olvidado. Más importante a que “te hagan caso” es “hacerse escuchar”. Lograr plantear tus necesidades en la mesa. Lograr expresarse. Para saber qué se necesita corregir o rectificar (ceder) es necesario darse a entender. Generalmente, tendemos a escucharnos en temas superficiales, pero cuando debemos entrar en temas más profundos cuesta afinar el oído. Ahí es cuando la gente tiende a hacer “oídos sordos”, ya que hay que evitar ser “graves”. Supuestamente es mejor disfrutar el momento. El punto es que dejar estos temas para el futuro puede ser un problema irremediable después.

Los invito entonces a dejar el lenguaje vulgar y huaso, puesto a que lleva a temas sin relevancia para la vida en pareja. Les propongo escuchar, expresarse y hacerse preguntas a sí mismos y a vuestras parejas que realmente valgan la pena y los ayuden a conocerse más.

Que tengan éxito. 

1. La palabra “macabeo” significa perteneciente a la ciudad de Macas (Ecuador). (Frenemos la ignorancia). 

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