En la época del imperio romano existió un interesado en la literatura llamado Octavio, no era un típico soldado romano, no poseía la fuerza de Marco Antonio, pero tenía algo que los demás líderes carecían: inteligencia y astucia en abundancia.
Octavio apoyaba y estimulaba a escritores, por lo que no es extraño que tuviera un amigo —ministro en su imperio— que apoyó económicamente a varios escritores (Virgilio y Horacio, entre ellos). Este amigo llamado Gayo Cilnio Mecenas es la razón por la que ahora a quienes ayudan a artistas de forma desinteresada se les llame así.
La familia Medici es muy conocida por tener entre sus miembros grandes mecenas que ayudaron a artistas como Donatello, Fra Angélico y Miguel Ángel. Artistas como Leonardo da Vinci, William Shakespeare, Chrétien de Troyes y Ben Jonson también recibieron y disfrutaron el apoyo de nobles y eclesiásticos.
Hace algunas semanas Nicanor Parra ganó el Premio Cervantes, el cual es un reconocimiento tremendo a la obra de este poeta, sin embargo la pregunta que uno se debe hacer es ¿qué sucede con los escritores emergentes?, ¿qué tipo de aporte se les da a ellos? En la antigüedad, Medioevo y Renacimiento los artistas podían dedicarse por completo a lo que era su área: el arte. Hoy, en cambio, deben mezclar su trabajo con docencia (los más afortunados), o hacer un trabajo que no tiene ninguna relación con este; entonces vemos un arte de menor calidad que el de antaño porque todas las energías no pueden ser puestas en este, sino que deben ser puestas en la obtención de recursos para financiar la obra, la sobrevivencia misma del artista y su familia.
¿Qué pasó con los mecenas? Podríamos culpar al sistema capitalista en primera instancia, pero creo que también sería útil buscar responsables en los artistas y en los ricos de hoy. Luego del Renacimiento y la Modernidad existió un quiebre entre los artistas y la sociedad. Los artistas empezaron a hacer arte para artistas y especialistas, se volvieron academicistas, dejaron de tener una conexión con la gente y les interesó más estar conectados con sus universidades o facultades. A su vez, los ricos están más interesados en hacer más dinero y no en fomentar la cultura. Hoy tenemos a un presidente que comete muchos errores en referencias culturales, pero en su época empresarial rara vez cometió un error. Creo que esto demuestra la falta de interés artístico y cultural en los hombres más ricos de hoy.
Es necesario que los artistas hagan obras para la comunidad y no para los círculos cerrados, así como es necesario que los ricos se den cuenta que un país sin riqueza cultural nunca llegará a ser desarrollado.
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